Ni me vengo tan pronto ni la tengo tan gorda, ni consuelo de tontos ni ganas de palmar, los jamases que asumo los tiro por la borda, no me fumo las clases a la hora de olvidar. Con coimas insolventes se escayolan fortunas, ninguna guerra mola, no hay cruzada sin dios, aunque caigan más torres gemelas de la luna no es cómico este atómico vil ataque de tos. Porque chuzos de punta llueven puertas afuera y puertas más adentro tirita el corazón, y un pibe desnutrido dormita en la escalera y un paria embrutecido vomita en un galpón. Y el sexo es otra guerra incivil, la única guerra sin héroes ni vencidos ni mártires ni santos, si dos buscan lo mismo ¡qué dulce cuerpo a tierra! tan cerca del abismo, del éxtasis, del llanto. Deliran las campanas con mil gramos de fiebre, desguaza las ventanas un vendaval impío, los gurús posmodernos dan gato en vez de liebre, cuentan que en el infierno se pasa mucho frío. Parece que fue nunca, ¿se acuerdan de la colza? Kioto s...