Mujer que llevas sonrisa ancha
Primer beso de la mañana
intenso, dulce que no empalaga.
Primer motivo de la semana,
de labios dulces que me atrapan.
Inocencia sutil, embelesada,
de piel marfil que a los ojos llama.
Inocencia, ayer desempolvada,
de una memoria ahora en calma.
Primer lucero de la mañana
prístino testigo de quienes aman.
Primer deseo: sentirte amada
mujer que llevas sonrisa ancha.
Incierto fin, el que me aguarda
por amarte perdí mi propia alma.
Incierto, sentí que me amabas
y aún así, por mi mismo, regresaba.
Alexander Galván López