Placebo
Mis manos en tus caderas
con ganas de ser perpetuas
se adentran en mi cabeza
ideas de ser perfectas.
Miradas en sí profundas
no se hallan sin respuestas
a pesar de ser mancebas
lucen ahora correctas.
Mis ganas están exentas
lascivas caricias nuestras
vienen a mi, viejas metas
dejando de ser siniestras.
Nativas palabras quedan
ahora que no se muestran
vienes por mí a la puerta
y en ella mi alma espera.
Alexander Galván López