Aún...
bajo un cielo
de pensamientos abandonados,
parece la tierra abrirse a sus pies,
donde se doblegan los tallos
de los últimos brotes
como si suplicaran.
Aún se nos eriza la piel
sobre un mundo
de remembranzas guardadas,
se esparcen como migajas
que se cuelan en las entrañas
para no ser olvidadas.
Aún se nos eriza la piel
ante cada rastro de esencia que nos lleva,
porque supimos amarnos
como un torrente de lluvia y arena seca.
Lorena Luna