¿Señor me podría dedicar un poema ?

Sentado en la banca de la plaza se acercó una joven, su mirada era de duda y me
preguntó ¿Es usted el que escribe poemas? Extrañado le contesté que en
ocasiones escribo; un poco impaciente me contestó ¿entonces es el poeta?
Respondí que solamente escribo vivencias de la vida, “interpreto con palabras lo
que a veces calla el alma”.
— ¿Pero su barba su pipa su gorrito dónde están? -preguntó
— creo que estás equivocada -le dije sonriendo- yo no utilizo pipa, no me gusta
utilizar barba ni gorrito.
Su mirada llegó nuevamente más profunda y me afirma:
— ¡Si es usted! Las personas lo mira y murmuran “ahí está el poeta”.
Totalmente confundido le pregunto:
— ¿A qué viene esa pregunta?
— Quiero que me dedique un poema -respondió.
— ¿Por qué quieres que te dedique un poema?
— Porque quiero demostrar una cosa -replicó.
— ¿Qué quieres demostrar?
— Que nadie muere por unas palabras de amor, surge de los detalles, de llevar en el alma el respeto hacia tu pareja. Nace de la caballerosidad, pero sobre todo del respeto hacia la mujer que se ama. Siempre cuidándola con humildad, llevándola de la mano pero sobre todo en su corazón.

— La miré a los ojos y con una sonrisa le contesté: — ya no hay necesidad de decirte un poema, ¡Lo acabas de hacer!
Gustavo Huerta
G. H.

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