Déjame escribir un verso
de esos que se escriben con besos gastados,
con añejos recuerdos.
No te espantes si me quejo,
si de pronto lloro o si ves que mi mano tiembla
y dejo un final abierto.
Déjame en esta tarde triste,
suspirar al viento;
soltar... respirar hondo y caminar lento.
Esperaré la noche y la madrugada,
en silencio, en calma.
No pediré al cielo mas nada,
que permanezca sobre mí,
y se deje ver por mi ventana,
la estrella mas alta, la estrella mas blanca.
Quiero tomar mi pluma
y hacer que sangre su pena,
cansar su querella,
debilitar su aliento,
las ganas intensas de romper en llanto.
... Oscurece ... tic, tac, tic, tac...
Se acerca la luna enmudecida,
trae consigo la bruma que moja,
que acaricia, que sana.
Quiero abrazar el amanecer,
abrir mi ventana,
sentir el cálido beso de aquel que me ama,
Despertaré y veré hacia el horizonte,
olvidaré la noche, la madrugada;
los versos tristes, la estrella blanca,
la pena, la angustia, la pluma que sangra.
Quedará seco el tintero,
lo llenaré de carmín,
del carmín de mis labios;
besaré a mis pequeños y encenderé la llama que no arde,
que agotó su fervor en el ardid de una mirada.
Pero déjame hoy escribir un verso,
no te fijes si es prudente o si manejo lo directo,
no me juzgues porque sufro,
porque digo adiós a su mirada.
No es un verso de odisea,
es el ascua de, mi alma, que necesita ser vaciada;
extirpar la seta, el bejín ,la escoria,
que me pudre por dentro,
que me carcome la médula,
que me rancia.
Déjame entonces escribir un verso,
de esos que se marchan,
que no vuelven, que salvan.
olvidaré la noche, la madrugada;
los versos tristes, la estrella blanca,
la pena, la angustia, la pluma que sangra.
Quedará seco el tintero,
lo llenaré de carmín,
del carmín de mis labios;
besaré a mis pequeños y encenderé la llama que no arde,
que agotó su fervor en el ardid de una mirada.
Pero déjame hoy escribir un verso,
no te fijes si es prudente o si manejo lo directo,
no me juzgues porque sufro,
porque digo adiós a su mirada.
No es un verso de odisea,
es el ascua de, mi alma, que necesita ser vaciada;
extirpar la seta, el bejín ,la escoria,
que me pudre por dentro,
que me carcome la médula,
que me rancia.
Déjame entonces escribir un verso,
de esos que se marchan,
que no vuelven, que salvan.
Sunset Less